La ambición o la desesperación no tienen límites. En rigor de verdad la explotación clandestina de parajes o bolsones de residuos de estaño en el "Cerro Rico” de Potosí- Bolivia, hoy en día está conduciendo a su derrumbe parcial y, a no dudarlo, luego de algún tiempo vendrá el colapso total. Las consecuencias serían trágicas, puesto que los mineros que trabajan en las zonas altas prohibidas, corren el serio riesgo de ser enterrados por el desplome de la parte superior del cerro. El transcurso del tiempo en sus 466 años de explotación, la vida de la vieja montaña de plata, ha significado un sin fin de alternativas de progreso y retroceso.
Han transcurrido más dos semanas que se sabe que se ha producido el hundimiento de la cresta de la mole de plata. Al decir de los técnicos de La Corporación Minera de Bolivia. (COMIBOL) La magnitud del desastre alcanza a 38 metros de circunferencia y como 56 metros de profundidad.
Han transcurrido más dos semanas que se sabe que se ha producido el hundimiento de la cresta de la mole de plata. Al decir de los técnicos de La Corporación Minera de Bolivia. (COMIBOL) La magnitud del desastre alcanza a 38 metros de circunferencia y como 56 metros de profundidad.
De momento no se han registrado desgracias personales pero, seguramente, de continuar el trabajo clandestino, las consecuencias podrían ser trágicas. Este hundimiento no es el primero, dado que, el pasado año ya se presentó un caso similar, pero el movimiento de la cúspide no tuvo mayores daños y no se le dio la importancia técnica necesaria.
En su diario digital, la red Erbol señala que al menos 15 mil mineros trabajan en las minas del Cerro Rico de Potosí. Detalla que esa cantidad de mineros exponen sus vidas a diario dentro de los socavones extrayendo saldos de minerales y vetas antiguas, inclusive sacrificando los pilares de seguridad. "El cerro está enfermo en su interior y el cáncer sigue avanzando”. Anota ese medio de comunicación.
El hecho de esperar el desenlace trágico no es lo más aconsejable. La lógica y el raciocinio técnico, aconsejan que las autoridades pertinentes deberían disponer el retiro inmediato de los mineros que operan en esas zonas; es decir, a partir de la cota 4.400 que es el límite establecido por los expertos de la COMIBOL. De continuar con ese trabajo ilegal, las consecuencias serian imprevisibles y el riesgo es que, los topos humanos estarían apresurando la destrucción física del cerro. Se supone que los daños económicos que ese caos, causarían problemas a la economía local y nacional. La responsabilidad técnica y jurídica corresponderá al propietario del cerro es decir la COMIBOL.
El Decreto Supremo # 27787 prohíbe los trabajos por encima de la cota 4.400 y, por esa norma jurídica la Comibol ordenó parar la extracción de las cargas de tierra mineralizada, con una resolución del directorio, especialmente la explotación externa que estuvo a cargo de la cooperativa "Manquiri”. Pero el problema no solamente es con esa organización, sino que existen otras 34 agrupaciones, de las cuales sólo 21 tienen convenios contractuales ya que las restantes 13 trabajan sin contar con ese requisito legal, es decir son grupos clandestinos, según explicaciones de la propia COMIBOL.
Con relación a la ilegalidad de estos trabajos, el gerente regional de la Comibol, Ing. Gabriel Arancibia, sostiene que son organizaciones que tienen contratos preconstituidos y los propietarios de los mismos hacen valer sus derechos. En una anterior gestión, las autoridades de la Comibol lograron sacar a todos los que operaban en la parte alta del cerro y llevaron a juicio a los que estaban a cargo de minas "Boca Mejora”, "Costas”, "San Luis” y otras, despejando completamente la parte superior del yacimiento minero.
Las minas "San Juan de Dios” y "Manquiri” estaban tapiadas pero fueron abiertas y hoy las explotan con la complicidad de alguna autoridad de la estatal minera.
Los convenios legales fueron suscritos entre las cooperativas mineras nombradas y la COMIBOL. De la misma manera en el pasado siglo, también el Banco Minero de Bolivia suscribió contratos para la explotación de las minas que estaban bajo su dependencia. Esos contratos son los que hicieron valer algunas familias para sacar durante más de 25 años, millones de toneladas de carga y llevarse millones de dólares sin que hayan beneficiado a los cooperativistas de base, menos a los "maquipuras” (mano de obra barata de peones campesinos) contratados por los cabecillas de grupos. Al decir de los entendidos, reiteran que son determinadas familias o clanes que han manejado las fortunas acumuladas de la explotación descontrolada de las reservas mineras del cerro.
Las cooperativas hablan de más de 12 mil trabajadores, pero en realidad no llegan a los 10.000 trabajadores que desempeñan diferentes funciones, tanto en el interior, el exterior y los ingenios, considerando además, el personal de servicio del transporte, oficinas y almacenes, como anotaba el Ing. Héctor Córdova, viceministro de Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico. Este técnico detallaba que desde hace bastante tiempo no hay explotación por encima de los 4.400 metros de altura. Se ignora por que tuvo que anotar un dato falso y alejado de la verdad.
Entonces es una apreciación a priori, dado que ese personaje no se asomó nunca a las bocaminas del cerro; menos tuvo la curiosidad de investigar en las planillas del Seguro Social Médico, el número de cooperativistas que están registrados. Indudablemente que no se encontrará un solo nombre del personal de mano de obra barata (maquipuras).
Para mayor orientación detallamos que la cooperativa "Manquiri” seria la que corre el mayor riesgo por encontrarse operando en la cota 4.580. Un poco mas abajo estarían las cooperativas "10 de Noviembre” y mina "Mercedes” (cota 4.480) que fue habilitada por la cooperativa Villa Imperial.
En 1998 el presidente de la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí (FEDECOMIN), Antonio Pardo, admitió que la forma cónica del cerro está siendo afectada seriamente por el hundimiento en algunos sectores, por lo que se requiere de manera urgente un planteamiento de preservación de la estructura física. Señaló que esta responsabilidad no es sólo de los cooperativistas mineros que efectúan trabajos de explotación minera en el interior del Cerro Rico, sino también de las autoridades nacionales.
Los cooperativistas mineros de Potosí solicitaron al Gobierno central encare acciones inmediatas para la preservación del Cerro Rico puesto que la forma cónica de la montaña está deteriorada por los trabajos de explotación irracional. "El Gobierno, por medio de las entidades como el Viceministerio de Minería, Comibol, el Servicio Geológico Minero (Sergeomin) y otras, deberían tomar la iniciativa para proponer algunas alternativas técnicas orientadas a salvar al Cerro Rico", expresaba Pardo. "Los cooperativistas están intentando evitar mayor deterioro en la estructura del Cerro, pero el trabajo debe ser compartido por otras instituciones, toda vez que la montaña se constituye en un verdadero monumento de América”. Acotaba Pardo.
A guisa informativa detallamos que la cota 4.400 significa la altura del cerro hasta donde se puede extraer la carga mineralizada. Al decir de los entendidos ese nivel estaría en la zona de Caracoles (para los que conocen Potosí); es decir, es la zona superior donde se encuentran las bocaminas que revisten cierta seguridad para su explotación.
Ahora, después de quinientos años de explotación, a 4.000 metros sobre el nivel del hambre, los mineros siguen allí. Continúa la tragedia de ganarse el pan en las minas; existen peligros: los gases, los derrumbes, un explosivo mal armado. Pero siempre ha sido así. Nadie tiene idea de cuantos miles, millones han muerto en la mina. Ayer, hoy, mañana y la coca sigue en el morral y la libertad añorada por los esclavos, ahora presos en las redes del capital, no se avizora el porvenir de los mitayos.
Si aun hay tiempo para salvar el símbolo nacional del "Cerro Rico” es propicia la oportunidad de aunar esfuerzos, complementar los estudios efectuados y acudir al sentimiento de integridad nacional para que se evite el total desmoronamiento de esta histórica mole que deslumbró al mundo por mas de cinco siglos y que enriqueció coronas, gobiernos, corporaciones, dirigentes del gremio, familias y clanes misteriosos.
Luis Subieta Sagárnaga, periodista, poeta y escritor potosino del siglo pasado anotaba: "A veces la historia nos sorprende con sus hechos y nos vemos tentados a ocultar una verdad que nos asusta. Pero no deben tenerle miedo a lo que ya ha ocurrido; simplemente cambien... su punto de vista”. Potosí y su "Cerro Rico” siguen siendo leyenda, fábula, misticismo o una realidad que aun se confunde entre los sueños de los poetas que se pierden en la nebulosa de los años.
Fuente : Daniel Antonio Velásquez Espejo
El hecho de esperar el desenlace trágico no es lo más aconsejable. La lógica y el raciocinio técnico, aconsejan que las autoridades pertinentes deberían disponer el retiro inmediato de los mineros que operan en esas zonas; es decir, a partir de la cota 4.400 que es el límite establecido por los expertos de la COMIBOL. De continuar con ese trabajo ilegal, las consecuencias serian imprevisibles y el riesgo es que, los topos humanos estarían apresurando la destrucción física del cerro. Se supone que los daños económicos que ese caos, causarían problemas a la economía local y nacional. La responsabilidad técnica y jurídica corresponderá al propietario del cerro es decir la COMIBOL.
El Decreto Supremo # 27787 prohíbe los trabajos por encima de la cota 4.400 y, por esa norma jurídica la Comibol ordenó parar la extracción de las cargas de tierra mineralizada, con una resolución del directorio, especialmente la explotación externa que estuvo a cargo de la cooperativa "Manquiri”. Pero el problema no solamente es con esa organización, sino que existen otras 34 agrupaciones, de las cuales sólo 21 tienen convenios contractuales ya que las restantes 13 trabajan sin contar con ese requisito legal, es decir son grupos clandestinos, según explicaciones de la propia COMIBOL.
Con relación a la ilegalidad de estos trabajos, el gerente regional de la Comibol, Ing. Gabriel Arancibia, sostiene que son organizaciones que tienen contratos preconstituidos y los propietarios de los mismos hacen valer sus derechos. En una anterior gestión, las autoridades de la Comibol lograron sacar a todos los que operaban en la parte alta del cerro y llevaron a juicio a los que estaban a cargo de minas "Boca Mejora”, "Costas”, "San Luis” y otras, despejando completamente la parte superior del yacimiento minero.
Las minas "San Juan de Dios” y "Manquiri” estaban tapiadas pero fueron abiertas y hoy las explotan con la complicidad de alguna autoridad de la estatal minera.
Los convenios legales fueron suscritos entre las cooperativas mineras nombradas y la COMIBOL. De la misma manera en el pasado siglo, también el Banco Minero de Bolivia suscribió contratos para la explotación de las minas que estaban bajo su dependencia. Esos contratos son los que hicieron valer algunas familias para sacar durante más de 25 años, millones de toneladas de carga y llevarse millones de dólares sin que hayan beneficiado a los cooperativistas de base, menos a los "maquipuras” (mano de obra barata de peones campesinos) contratados por los cabecillas de grupos. Al decir de los entendidos, reiteran que son determinadas familias o clanes que han manejado las fortunas acumuladas de la explotación descontrolada de las reservas mineras del cerro.
Las cooperativas hablan de más de 12 mil trabajadores, pero en realidad no llegan a los 10.000 trabajadores que desempeñan diferentes funciones, tanto en el interior, el exterior y los ingenios, considerando además, el personal de servicio del transporte, oficinas y almacenes, como anotaba el Ing. Héctor Córdova, viceministro de Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico. Este técnico detallaba que desde hace bastante tiempo no hay explotación por encima de los 4.400 metros de altura. Se ignora por que tuvo que anotar un dato falso y alejado de la verdad.
Entonces es una apreciación a priori, dado que ese personaje no se asomó nunca a las bocaminas del cerro; menos tuvo la curiosidad de investigar en las planillas del Seguro Social Médico, el número de cooperativistas que están registrados. Indudablemente que no se encontrará un solo nombre del personal de mano de obra barata (maquipuras).
Para mayor orientación detallamos que la cooperativa "Manquiri” seria la que corre el mayor riesgo por encontrarse operando en la cota 4.580. Un poco mas abajo estarían las cooperativas "10 de Noviembre” y mina "Mercedes” (cota 4.480) que fue habilitada por la cooperativa Villa Imperial.
En 1998 el presidente de la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí (FEDECOMIN), Antonio Pardo, admitió que la forma cónica del cerro está siendo afectada seriamente por el hundimiento en algunos sectores, por lo que se requiere de manera urgente un planteamiento de preservación de la estructura física. Señaló que esta responsabilidad no es sólo de los cooperativistas mineros que efectúan trabajos de explotación minera en el interior del Cerro Rico, sino también de las autoridades nacionales.
Los cooperativistas mineros de Potosí solicitaron al Gobierno central encare acciones inmediatas para la preservación del Cerro Rico puesto que la forma cónica de la montaña está deteriorada por los trabajos de explotación irracional. "El Gobierno, por medio de las entidades como el Viceministerio de Minería, Comibol, el Servicio Geológico Minero (Sergeomin) y otras, deberían tomar la iniciativa para proponer algunas alternativas técnicas orientadas a salvar al Cerro Rico", expresaba Pardo. "Los cooperativistas están intentando evitar mayor deterioro en la estructura del Cerro, pero el trabajo debe ser compartido por otras instituciones, toda vez que la montaña se constituye en un verdadero monumento de América”. Acotaba Pardo.
A guisa informativa detallamos que la cota 4.400 significa la altura del cerro hasta donde se puede extraer la carga mineralizada. Al decir de los entendidos ese nivel estaría en la zona de Caracoles (para los que conocen Potosí); es decir, es la zona superior donde se encuentran las bocaminas que revisten cierta seguridad para su explotación.
Ahora, después de quinientos años de explotación, a 4.000 metros sobre el nivel del hambre, los mineros siguen allí. Continúa la tragedia de ganarse el pan en las minas; existen peligros: los gases, los derrumbes, un explosivo mal armado. Pero siempre ha sido así. Nadie tiene idea de cuantos miles, millones han muerto en la mina. Ayer, hoy, mañana y la coca sigue en el morral y la libertad añorada por los esclavos, ahora presos en las redes del capital, no se avizora el porvenir de los mitayos.
Si aun hay tiempo para salvar el símbolo nacional del "Cerro Rico” es propicia la oportunidad de aunar esfuerzos, complementar los estudios efectuados y acudir al sentimiento de integridad nacional para que se evite el total desmoronamiento de esta histórica mole que deslumbró al mundo por mas de cinco siglos y que enriqueció coronas, gobiernos, corporaciones, dirigentes del gremio, familias y clanes misteriosos.
Luis Subieta Sagárnaga, periodista, poeta y escritor potosino del siglo pasado anotaba: "A veces la historia nos sorprende con sus hechos y nos vemos tentados a ocultar una verdad que nos asusta. Pero no deben tenerle miedo a lo que ya ha ocurrido; simplemente cambien... su punto de vista”. Potosí y su "Cerro Rico” siguen siendo leyenda, fábula, misticismo o una realidad que aun se confunde entre los sueños de los poetas que se pierden en la nebulosa de los años.
Fuente : Daniel Antonio Velásquez Espejo
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